Juan Manuel Garcia de Quiros Pérez
![]() |
Juan Manuel Garcia de Quiros PérezAficionado taurino |
30 Agosto 2025
Dos varas de medir
Lo que parecía imposible está pasando a ser posible. Yo, que creí que nunca me cansaría del mundo del toro… craso error. Me encuentro hastiado. La culpa es de esa doble vara de medir que utilizan tantos pseudoprofesionales del periodismo taurino. Los mismos que bailan al son que más les conviene, o lo que es lo mismo, al son del “sobre” más cargado de jurdeles.
Vaya desde aquí mi admiración para todos aquellos que aún no se pliegan ni al todopoderoso empresario, ni al afamado ganadero, ni mucho menos a la figura más rutilante del escalafón.
Y os preguntaréis, ¿de qué va el artículo de hoy? Muy fácil de entender… y si no lo entendéis, es que estáis ciegos.
Ayer por la mañana, como suelo hacer cada día al despertar, repasé todo lo publicado sobre el mundo del toro y las corridas del día anterior. Y no sé ni cómo ni por qué, me saltó en la pantalla una crónica del Digital de Cuenca. Sin mucha ilusión empecé a leerla… pero cuanto más avanzaba, más interesante se me hacía. Un artículo valiente, muy valiente.
Arrancaba señalando que lo que había salido por chiqueros se parecía más a una novillada que a una corrida de toros. Animales desmochados, de presentación indigna e inválidos de Algarra y La Palmosilla. Hasta ahí, más o menos lo esperado. Pero el cronista iba más allá. Relataba el sainete, que no por esperado dejaba de ser noticia, de Cayetano: bronca en su primero y división de opiniones en su segundo. Lo único positivo, según él, es que este será el último año de Cayetano en activo.
De Manzanares decía lo de siempre: destoreo, faena despegada y pegapases, con un par de estocadas efectivas pero nada más.
Y para rematar, hablaba del último “boom” del escalafón novilleril, Olga Casado. Reconocía que el año pasado ilusionó, pero que poco duró aquella ilusión. Venía a decir que si no fuera por el apoderado que tiene, y por el novio que la coloca tarde tras tarde —cobrando favores de cuando manejaba en Las Ventas—, poco se sabría de ella. El cronista la ponía de vuelta y media. ¡Ay, si la acartelaran con novilleros de verdad y novillos con trapío!
Leída aquella crónica, me fui a consultar lo que decían Mundotoro y Cultoro. Y lo que me encontré parecía otro festejo en toda regla: toros con presencia de Madrid, faenas de Puerta del Príncipe y una novillera que era la mismísima reencarnación de El Juli.
Dos varas de medir. La misma que estos pseudoperiodistas utilizan sin pudor: a veces se ponen de parte del “7” de Madrid cuando les interesa, le atizan a El Mene por no pasar por caja, o arrastran por el fango a quien no pertenece a la cuerda de Matilla, Simón, Lozano o Chopera.
Así lo vi y así lo cuento.
Posdata.
Menos mal que aún nos quedan articulistas honestos que no se venden por dos pesetas: De catafalco y oro, La cuadrilla del Búcaro, El galleo del Bú, Antonio Lorca, Carlos Crivel, Álvaro Rodríguez del Moral o Álvaro Acevedo. Todos ellos defienden su verdad, que no tiene por qué ser la verdad absoluta, pero al menos es la suya.
Y a los que me critican por haber defendido este año a capa y espada a Carlos Zúñiga, les digo: cuando lo haga bien —a mi parecer—, lo aplaudiré; y cuando lo haga mal, le daré palos. ¿Y sabéis por qué? Porque cada año me pago, con el sudor de mi frente, dos abonos. Y así nunca tendré que devolver favores prestados.
Juan M Quiros

